Coloca en forma de volcán la harina, sobre la mesa donde vas a trabajar. Realiza un hueco en el centro y añade la sal, las yemas de los huevos, el aceite y 4 cucharadas de agua.
Mezclar con todos los ingredientes y amasar hasta obtener una masa elástica. Agregar un poco de agua si la notas muy seca. Amasar mínimo por 10 minutos hasta que la masa quede consistente y no se te pegue a los dedos.
Colocar en un tazón cubierto y dejar reposar por un espacio de 20 minutos.
Estira la masa con un rodillo, para obtener una masa muy fina, esto es ideal para la textura de los raviolis.
Vas hacer dos láminas: una colocarás los montoncitos del relleno, y la otra vas ser para colocar encima.
Presiona con tus dedos suavemente los alrededores del relleno y ve cortando con una rueda para pizza o con un cuchillo
Para finalizar, volver a presionar los extremos de los raviolis con un tenedor o un sellador para raviolis, espolvorear un poco de harina de trigo para evitar por encima y conservar en la nevera o en el refrigerado, recuerda que la cocción debe ser al dente.